« volverReflexiones

En su día, desde los gestores del programa de neurociencia del Wellesley College de Massachusetts (Estados Unidos), liderados por Carol Ann Paul junto con colegas de la Universidad de Boston, pensaron el alcohol, al igual que sucede con el corazón, podría proteger al cerebro en determinadas circunstancias y reducir la atrofia que se produce con la edad.

… y es que aunque se lleve una vida saludable, las consecuencias del paso del tiempo sobre nuestro organismo son inexorables. Una de ellas, es la pérdida de volumen cerebral, que disminuye un 1,9% cada década, según las estimaciones de los expertos. Igualmente, junto a la atrofia, aparece un creciente número de lesiones en la sustancia blanca encefálica. 

En el mencionado estudio, se tomaron a 1.839 participantes a los que sometieron a lo largo de 30 años, y para medir su volumen cerebral y las cicatrices en la sustancia blanca, a siete resonancias magnéticas. Estos hombres y mujeres, entre 33 y 88 años, fueron clasificados en cinco grupos en función de su consumo de bebidas alcohólicas. La mayor parte tenía un bajo consumo, siendo los grandes bebedores preferentemente hombres.

Como resultado se concluyó que "los consumidores moderados tenían un volumen encefálico significativamente más pequeño que los ex bebedores", y “los participantes que tomaban más de catorce bebidas a la semana lo tenían menor que todos los demás".

Es decir, no sólo "no se detectó ningún efecto beneficioso del alcohol" a la hora de reducir el ritmo de atrofia cerebral natural, sino que la ingesta del alcohol se asoció con cerebros de menor volumen, señalaron los investigadores.

Las más perjudicadas por este efecto 'colateral' de las bebidas graduadas fueron las mujeres, en las que era más patente esa aceleración de la disminución del tamaño del encéfalo. Esta particularidad femenina podría explicarse, por la diferente forma en que hombres y mujeres metabolizan y toleran el alcohol.

Estos resultados, que deberán comprobarse en otros ensayos, pone de manifiesto según los autores del estudio un mensaje claro mensaje acerca de los posibles daños que puede provocar beber alcohol.