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Continuamos con la serie de artículos sobre las causas y síntomas del alcoholismo, desde el Centro terapéutico Grupo 4, Madrid, con objeto de clarificar más la naturaleza de nuestro enemigo: el alcoholismo.

... seguimos con las causas del alcoholismo:

* La presión social influye poderosamente en el inicio al alcoholismo, especialmente entre nuestros jóvenes, adolescentes y niños... la necesidad de pertenencia a un grupo social y seguir sus reglas y pautas tiene como consecuencia que, si la norma del grupo es beber, sus miembros deberán beber para mantener su vinculación con el mismo. El riesgo se acrecienta si hablamos de personas con cierta inseguridad o caracteres influibles.

* El fácil acceso a las bebidas alcohólicas aumenta el riesgo del consumo de las mismas y pasado un tiempo, convertirse en alcohólico.


Los síntomas

Es fundamental que la familia, amigos y allegados estén alerta si sospechan que alguien es alcohólico. Si se conocen los síntomas se puede ayudar al afectado antes de que el problema se agudice. Y es que cuando el alcohólico está sumido en la dependencia necesita beber cada vez más para sentir el efecto del alcohol

* Ansiedad: Es habitual entre los adictos al alcohol pasar por procesos agudos de ansiedad que, en ocasiones, no responden a ningún hecho estresante concreto.

* Necesidad de beber: Cuando el alcohólico está bajo la dependencia necesita beber cada vez más para sentir los efectos del alcohol. Además, poco le importa si su consumo afecta a la familia, el trabajo o su salud. El alcohol está por encima de todo y para él es necesario beber para enfrentarse a su día a día.

* Beber solo: Si la persona comienza a beber sin compañía, fuera de lo que es un rito social o disfrutar de ello, alerta! algo va mal.

* Mostrarse hostil e inventarse excusas: No querer abordar el tema de la bebida, rechazando de plano tener un problema, así como recurrir a cualquier excusa, por inverosímil que parezca, para seguir bebiendo, caracteriza el talante del alcohólico.

Otros síntomas son: La falta de apetito, reacciones violentas, pérdida de memoria, síndrome de abstinencia y problemas hepáticos. 


Continuará