Uno de los rasgos que caracteriza al alcoholismo es el largo tiempo que pasa desde el comienzo de los problemas con el alcohol, el reconocimiento de los mismos y la decisión de someterse a tratamiento.
Al no haber parámetro claros para diferenciar entre el típico bebedor social y el bebedor ya con problemas, cada caso ha de evaluarse por la persona. Preguntarse hasta que punto tiene control sobre la bebida y cuales son los problemas que el alcohol le está ocasionando en los ambitos sociales, laborales y familiares, antes de de realizar los cambios necesarios para liberarse de su adicción.
Pero... ¿cómo afecta el alcoholismo a los miembros de la familia? ¿Cómo reaccionan entre sí frente al problema?
La primera etapa es habitualmente la negación del problema del alcohol. Aunque la bebida comienza a causar problemas, no se es consciente de ello. Esta negación es más facil en tanto en cuanto en nuestra sociedad el consumo de alcohol está dentro de nuestra cultura.
La idea de que el perfil del alcohólico es una persona desarraigada, fracasada social y laboralmente, no hace más que ayudar a esta negación, pues ¿cómo va a ser alcohólico alguien con su trabajo, con su familia, sus amigos, y una aceptable situación económica y social?... además la creencia es que todos hemos bebido alguna vez, y si nos hemos pasado con la bebida la familia tiende a justificarlo diciendo que ha atravesado una situación dificil: problemas en el trabajo por ejemplo. Y es cierto que antes situaciones de crisis, aumenta la posibilidad de beber alcohol. Pero... hay un momento en el que la bebida se convierte en un problema en sí misma. La persona que bebe ha de responsabiizarse de su modo de beber independientemente de las razones o circunstancias que le llevan a ello.
Otra razón para negar el problema con el alcohol es el estigma social del alcohólico. El alcoholismo se entiende por muchas personas como una debilidad moral, una tara, más que como una enfermedad. Es por ello que muchas personas se resisten a admitir que tienen un problema, por a verguenza que eso les supone.
A veces, incluso hasta los mismos miembros de la familia son los que ocultan y encubren al alcoholico, con objeto de evitarle problemas en el trabajo, sociales... para mantener la reputación de a persona
En conclusión, la negación de tener un problema con el alcohol, retarda la decisión de ponerse en manos de especialistas que le orienten y ayuden a tratar el alcoholismo.
Desde el Centro terapéutico Grupo 4 de tratamiento, rehabilitación y desintoxicación del alcoholismo, aconsejamos a la familia y a la persona que bebe, que en el momento en el que perciban los primeros problemas, aborden los mismos sin demora... y si lo creen conveniente, se pongan en manos de profesionales. Por nuestra parte, estamos a su disposición.
La primera visita es sin coste ni compromiso!